
El pésimo servicio de alumbrado, la ausencia de las autoridades y la fuerza pública, llevó al popular Barrio Cádiz de Ibagué, a convertirse en una cloaca y nido de consumidores de alucinógenos y atracos todos los días, aprovechando la oscuridad en varias calles y parques del sector, especialmente en la carrera 4A y Avenida Ferrocarril frente a la Registraduría y desde la calle 34, hasta la clínica de ojos en la calle 31, la paralela también se encuentra sin iluminación.
Esta situación tiene desesperados a sus habitantes, estudiantes, empleados de varias instituciones de salud, funerarias, profamilia, clínicas y los dueños de establecimientos de comidas existentes en el sector.
A todo esto se agrega el pésimo servicio de alumbrado público, que ha dado como resultado varios atracos a establecimientos de comercio entre ellos: al restaurante La Crepería el pasado lunes 20 de noviembre en horas de la noche, ubicado sobre la Cra. 5ª frente al Colegio San Simón.
Según version de sus habitantes y comerciantes, llevan tres meses solicitando a la empresa Infibague, la reparación de las redes del alumbrado público y sus peticiones han sido infructuosas. Igualmente claman a las autoridades locales y al señor comandante de la Metropolitana, para que presten atención a esta difícil situación que están viviendo, sin encontrar respuesta positiva hasta el momento.
Dicen sus moradores, que especialmente en la noche, los parques y calles se convierten en sitios propios para el consumo de estupefacientes y atracos debido a la oscuridad y la ausencia de la Policía Metropolitana, encargada de proteger la población y los lugares públicos.
Esta problemática se presenta en toda la ciudad, sin que la fuerza pública cumpla con sus deberes y funciones de proteger la vida, la integridad física, la seguridad de las personas, prevenir el delito, preservar el orden público y social, y velar por el respecto de los bienes públicos.