
El Tolima enfrenta una grave emergencia de salud pública tras la confirmación de al menos 23 muertes por fiebre amarilla.
El presidente Gustavo Petro advirtió que el brote se originó por la migración del mosquito transmisor desde la selva amazónica hasta los bosques de Galilea, en el sur del municipio de Villarrica.
Durante una intervención reciente, el mandatario cuestionó la respuesta de la Gobernación del Tolima, afirmando que no se han girado recursos desde la administración departamental para enfrentar la crisis. “La gobernadora del Tolima no nos ha ayudado”, señaló Petro, refiriéndose a Adriana Magali Matiz.
En contraste, el presidente reconoció el trabajo de alcaldes, hospitales y entidades prestadoras de salud (EPS), quienes sí han respondido con acciones concretas en los territorios afectados.
“Esta no es una crisis para politizar. Es una emergencia que requiere coordinación, recursos y voluntad. La prioridad debe ser proteger vidas”, puntualizó el jefe de Estado.
Llamado a la acción
Las autoridades hacen un llamado urgente a la población para acudir a los puntos de vacunación, eliminar criaderos de mosquitos y reportar síntomas sospechosos. Se requiere una acción coordinada para contener el brote y evitar más pérdidas humanas.
La prevención es clave. La fiebre amarilla se puede detener, pero exige acción inmediata.