Opinion

DIFERENCIA ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE, AHORA QUE ATERRA A LA SOCIEDAD MUNDIAL ENTERA, LA PANDEMIA DEL CORONAVIRUS.

Por: Marco Aurelio Sandoval Tique.

Nunca en mi existencialidad, había visto tanto pánico e histeria colectiva en el mundo, debido a la amenaza, de que potencialmente, entremos a contagiarnos con la bacteria microscópica o invisible del coronavirus, excepto, en mi niñez y la pubertad, cuando por causa y efecto de los magos, que eternamente, se han dedicado a predecir el misterio del más allá de la vida, o sea la muerte; infundían a seres vírgenes intelectualmente, la existencia de lugares metafísicos de bienestar y de castigo, según se cometieran o no » pecados».

Se hablaba del cielo, después de la muerte, lugar de bienestar rodeado de espacios para disfrutar la lúdica, rodeado de ángeles, para quienes no hubieran cometido pecados y estuvieran en gracia con Dios.

También se hablaba del purgatorio, adonde viajarían las almas, que hubieran cometido pecados veniales.

El limbo lugar donde viajarían las almas, de los niños, que morían sin el bautismo y;

El infierno lugar de horrores, donde viajaban las almas, que habían cometido pecados mortales, y no se habían arrepentido (léase no se habían acogido a las indulgencias), lugar donde un individuo dotado de cachos, cola prendida de fuego y tridente, daba la bienvenida a los profundos infiernos y a quemarse el alma hasta la infinita eternidad.

Ante este terrorismo, me acuerdo, que a veces en sueños, veía ese asqueroso personaje, rodeado de candela.

A veces mi hermosa abuela paterna, a la cual amaba mucho, nos decía, que debíamos esperar despiertos determinado día, ya que se había anunciado el fin del mundo. (Somos (9) hermanos (as)

Obedecíamos, y claro está, que se temía morir, por los misterios del más allá, y en consideración, que no se tenía claro el concepto, de que era pecado y si habíamos incurrido en éste o no.

Luego llegó la época de mi adolescencia, y mi padre como gran lector, tenía su biblioteca y comencé a escudriñar el concepto de la vida y de la muerte.

La vida constituye un proceso de estricto derecho natural, en principio como resultado de la transformación de la materia, (Tales de Mileto afirma, que la vida en general se originó del agua), y luego como resultado de la cópula carnal hombre mujer, bien lo dice el libro bíblico » Creced y multiplicaos».

La muerte es el resultado del proceso natural, en principio del como se expuso, de la cópula carnal, se implanta el cigoto en el útero, (etapa prenatal), hasta el momento del parto, donde inicia la vida física.

Luego desde la fecha del nacimiento, comienza el proceso biológico natural de la (i)infancia, que va desde el momento del parto hasta alrededor de los (6) años, cuando se inicia la etapa de la niñez (ii) la niñez ubicada entre los ( 6 y 12) años,( iii) etapa de la adolescencia, se inicia al término de la niñez, alrededor de los doce años, y finaliza con la entrada de la juventud, alrededor de los (20) años (iv) etapa de la juventud, o sea la primera etapa de la adultez, en la que la persona ya está madura sexualmente, lista  para iniciar una vida responsable por si misma (v) etapa de la adultez, se inicia luego de los (25) años con el fin de la juventud y prolonga hasta la entrada de la vejez, alrededor a los (60) años.

De modo, que desde el inicio de estás etapas de la vida, comienza el conteo regresivo de la vida, es decir, una persona puede vivir, pocos o muchos años, de acuerdo al comportamiento de su máquina corporal o espiritual. Significa que el cuerpo humano, puede ser invadido por una enfermedad curable o terminal en cualquiera de estás etapas, se salva o muere, o por su comportamiento espiritual en la sociedad, (violento o antisocial, puede morir temprano a manos de otra (as) personas.

De ello se deduce, que la muerte no esta predestinada por disposición metafísica divina, y por ello, la ciencia a través de los científicos, durante el transcurrir,  de la existencialidad de la humanidad, aunque se ha quedado corta, (no han descubierto medicamentos, contra las diferentes formas de cáncer, diabetes, enfermedades huérfanas etc.), se ha dedicado a desarrollar y producir medicinas, vacunas y antídotos para combatir las enfermedades o  los virus que las producen para alargar la vida humana.

Así las cosas,  la ciencia, es la que lidera el desarrollo político, social, económico, cultural y moral de las sociedades, y desentrañado el misterio, que después de esta vida no hay otra, es decir, el infierno y el cielo se encuentran en la tierra, ahora que se siente la amenaza de la pandemia de coronavirus, la cual produce cuadros clínicos patológicos graves, que incluso, pueden causar la muerte, el mejor antídoto contra el contagio consiste en, seguir las instrucciones sanitarias, estar en casa, sin montar encima el fantasma o tragedia de la muerte, la cual es  normal, cuando llega llega.

El paroxismo, el pánico y la tristeza, disminuye las defensas inmunológicas del cuerpo, y, por lo tanto, se puede causar mas fácil un contagio o aparecer otra enfermedad.

En las sociedades del mundo, cada una de ellas, toma un significado cultural de la muerte.

Por ejemplo, en México diferente a Londres y París, la muerte se toma de la siguiente manera cultural:

“Para el habitante de Nueva York, París o Londres la muerte es la palabra, que jamás se pronuncia, porque quema los labios. El mexicano en cambio la frecuenta, la burla, la acaricia, duerme con ella, la festeja, es uno de los juguetes favoritos y su amor más permanente. Cierto en su actitud hay quizá tanto miedo como en la de los otros, pero al menos no la esconde, ni se esconde, la contempla cara a cara con impaciencia, desdén o ironía.

Ejemplo, mi abuela o el común de la gente decía » aquella persona murió de pena moral», es decir, se moría un familiar consanguíneo y posmorten a esta persona, la invadía la tristeza, el desgano para alimentarse y luego la muerte.

En esa época se denominaba pena moral.

Ahora se denomina stress, el cual produce la disminución de las defensas inmunológicas, y las consecuencias, cualquier accidente cardiovascular, o cerebro bascular, sin descontar, que otras enfermedades, pueden acabar con la vida.

De modo que tranquilos, dediquen este encierro a leer, a ejecutar actividades lúdicas y ver televisión en espacios donde no pasen a toda hora tragedia tras tragedia.

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